jueves, 11 de noviembre de 2010

EL QUE SUFRE UNA DISCAPACIDAD DEBE HACER VALER SU DERECHO AL SEXO



Ninguna discapacidad es un impedimento para tener una vida sexual y afectiva. El sexo es un derecho y tú puedes reclamarlo si por ti mismo te resulta imposible obtenerlo debido a tu situación.

En casos difíciles de discapacidad, el afectado debe comunicarle a su familia su deseo de tener sexo, algo tan válido como su deseo de alimentarse u otras necesidades que sí son atendidas. Eso debe entenderse y dejar de lado el tabú porque una persona limitada por alguna razón -que no es su culpa- no es un ser extraño que deja de sentir lo que todo humano siente. Sé que esto no es fácil, pero es necesario empezar a tomar consciencia del problema y quitarse la venda para enfrentar la realidad. Mientras esto no suceda, la vida de estos seres es de mucho más sufrimiento que el que a simple vista se ve.

Padres, madres, hermanos -y otros familiares y amigos-  pueden ayudar a una persona discapacitada -de su entorno afectivo- a vivir la experiencia del sexo. El problema está ahí y la familia lo sabe, sólo que no lo enfrentan. Alguien debe dar el primer paso.

Contáctame a través de mi correo electrónico:
sexoydiscapacidad@gmail.com

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